Essaouira, la Orden del Ibis Negro
Capítulo VII

¡Redescubre el placer de la lectura! Cada lunes un nuevo capítulo de La Orden del Ibis Negro por José María Agüeros


El pasado de Moriarty como piloto permite que el plan funcione. Bloquea las cámaras interiores y persuade al piloto de que pida pista. No se puede negar, ya que algo le oprime en su costado. Al controlador aéreo no le convence del todo la ruta alternativa. Sin embargo, Moriarty activa el protocolo de urgencia y eso es irrenunciable.

Hace frío en Londres. Las escalerillas del avión están impregnadas de pequeños cristales de hielo.

Aparentemente en la terminal del aeropuerto no hay nada extraño. Turistas exhaustos con sus maletas, hombres de negocios con sus notas sobre la mesa donde reposa un café ya tibio, azafatas realizando el check-in, y personal de seguridad en alerta.

Sin embargo una azafata se les estaba acercando. Con una sonrisa se apresuró a acompañarles a la sala VIP.

Azafata: ¿Les apetece un té, un café?Moriarty le entregó una tarjeta de visita y ella la examinó con detalle. La expresión de su cara se configuró en palidez.

En ese momento Moriarty se levantó y los dos fueron directamente a la barra de la sala VIP. Allí aparentemente estaban discutiendo. No de una manera acalorada pero si se entreveía que Moriarty le estaba dando una orden muy precisa.

Inmediatamente ella hizo un gesto y agachó levemente la cabeza. Tomó un teléfono que estaba debajo de la repisa de recepción y se dispuso a hacer una llamada.

Moriarty se acercó a la mesa en la que estaban Klaus y Carmine.

Moriarty: Debemos ir inmediatamente al número 32 de la calle Easter StreetHay una persona que nos necesita.

En una precisa mirada de Carmine, éste no pudo menos de observar, que en una de los recodos del fondo, un personaje de aspecto oscuro, le hizo la señal inequívoca de la Orden del Ibis Negro.¿Cómo podría darse esta circunstancia?

El viaje había sido tan precipitado que prácticamente nadie sabía su destino. Sin embargo, el Ibis Negro, vigilaba sus pasos.

Un estruendo de voces por el pasillo interno y nuestros tres personajes aceleran el paso hacia una puerta de servicio.

Una voz les hizo que se les parara el pulso.

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