Essaouira, la Orden del Ibis Negro
Capítulo X

Cada Lunes, un nuevo capítulo de La Orden del Ibis Negro. Sigue a sus protagonistas en su lucha contra el Plan mundial de la Orden


Moriarty acercó su brazo hacia el pecho de Klaus, y le dijo en un susurro,” Desciente las escaleras y quédate en la puerta. Necesitamos a alguien de confianza allí

La Orden del Ibis Negro

Un hombre con aire majestuoso y respetable les conminó a dejar todos sus objetos metálicos en una bolsa de tela negra que reposaba en un atril de marfil,a su vez de color negro.

No se distinguía su rostro, ya que iba cubierto por una capucha estilo medieval, con una nariz extremadamente larga, semejando el pico y caparazón de un cuervo.

A su vez una figura de mujer con una capucha del mismo estilo pero roja, les mostró un cojín donde había dos bandas de terciopelo negro.

El hombre-cuervo señaló con el dedo el cojín y las bandas y les hizo una señal inequívoca de que debían ponérselas inmediatamente en sus ojos.

Así lo hicieron y en ese preciso instante sonó un recitación de clavecín que hubiesen jurado que era real. Salía de la habitación contigua. Moriarty distinguió enseguida la melodía. ¡¡¡Variaciones Goldberg!!!

Un murmullo de voces, que no podía ser de más allá de 10 ó 12 personas crecía en la sala que continuaba cerrada.

Crujió la madera noble de un sillón al levantarse una persona. Lo hizo con parsimonia y cierta indolencia. Se oyó una voz imponente, grave y rocosa, que dijo “¿Queréis perturbar el plan de la Orden del Ibis negro? ¿No sabéis que es inevitable, el Plan? Y aún en el supuesto de que lo fuese ¿Desconocéis que eso os traería la tortura y la muerte?

Moriarty solicitó con un gesto tomar la palabra. Asintió el Principal, el hombre del sillón. “Mi hermano Carmine y yo tenemos como objetivo, desde hace más de 30 años, el desatar todos los nudos que traza esta Orden, y no vamos a cejar en ese empeño”

Desde el fondo del pasillo Cordelia avanzo rápidamente, colocó sus manos en sus hombros, y dijo:
“¡Arrodillaos!”

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